Fusión de los partidos en Nicaragua

Fusión de los partidos en Nicaragua
Decreto de Walker que favorece la esclavitud

Las tropas de Guatemala y El Salvador llegaron mientras tanto, a León, a donde entró la primera columna salvadoreña el 12, y el ejército guatemalteco, el 18 de julio.

El Gobierno de Honduras resolvió también cooperar en la guerra contra Walker, y el 20 del mismo mes se puso en marcha una fuerza de seiscientos hombres de aquel Estado, a las órdenes del General don Juan López, llevando entre sus jefes a los generales don Pedro y don Florencio Xatruch.

El 27 del mismo mes, el Presidente Rivas promovió a General de División del Ejército de Nicaragua al General Belloso y le nombró General en Jefe del Ejército de la República, quedando en consecuencia el jefe salvadoreño elevado al rango de Jefe de los ejércitos aliados.

Lic. Francisco Castellón, ciudadano nicaragüense candidato del Partido Liberal o Demócrata, Jefe Supremo en 1856, por disposición de leoneses.

Lic. Francisco Castellón, ciudadano nicaragüense candidato del Partido Liberal o Demócrata, Jefe Supremo en 1856, por disposición de leoneses.

Belloso y Paredes, con sus respectivas tropas, lo mismo que las de los democráticos de Nicaragua, al mando del General don Máximo Jerez, permanecían en León, y mientras tanto, el partido legitimista hacía esfuerzos para restablecer el Gobierno presidido por don José María Estrada, al cual había reemplazado el de don Patricio Rivas, en virtud del tratado de 23 de octubre.

Estrada, con el apoyo de personajes de tanta influencia como los señores don Fernando Guzmán, don Pedro Joaquín Chamorro y los generales don Tomás Martínez y don Fernando Chamorro, se proponía que su autoridad fuera reco¬nocida por los gobiernos de Centro América y, de consiguiente, aceptada por los ejércitos aliados; y a ese efecto pretendió organizar el Gobierno en Matagalpa; pero antes de llegar a aquel lugar le dio muerte una partida enemiga, al mando de un democrático exaltado.

No terminó allí el propósito de los legitimistas, quienes reconociendo a don Nicasio del Castillo como sucesor de Estrada, no cedían en sus pretensiones, hasta que pudo llegarse a un arreglo por el cual se efectuó una fusión de partidos y el Gobierno quedó formado el 14 de setiembre por el mismo presidente democrático don Patricio Rivas; con un Ministerio, legitimista en su mayoría, compuesto de los señores licenciado don Pedro Cardenal, Ministro de Relaciones Exteriores; don Nicasio del Castillo, de Guerra; licenciado don Francisco Baca, de Hacienda; y don Sebastián Salinas, de Gobernación. Garantizaron ese arreglo los generales Belloso y Paredes.

Durante el tiempo transcurrido hasta aquella fecha, los filibusteros, que tenían un destacamento en Managua, habían amenazado a León varias veces, en una de las cuales se trabó un combate en que fueron derrotados los invasores, con pérdidas de alguna consideración.

Tenían también los filibusteros una goleta armada en guerra, recorriendo la costa del Pacífico. Le daban el nombre de El Granada y era la misma goleta costarricense que, con el nombre de San José, había sido comprada por don Mariano Salazar(1) en compañía del capitán de la misma, don Gilberto Morton. Este, confiado en una carta de libre navegai ion que le había dado el vicecónsul de los Estados Unidos en Realejo, entro en San Juan del Sur, donde la embarcación le fue confiscada por el pretendido Gobierno establecido en Granada.

Ese mismo pretendido Gobierno emitió el 4 de agosto un decreto declarando bloqueados todos los puertos de Centro América en el Atlántico y el Pacífico, con excepción de los de San Juan del Norte y de San Juan del Sur, que servían al tránsito interoceánico.

Y no sólo por aquellas partes se movían los invasores. El 14 de setiembre, precisamente el mismo día en que se firmó el convenio de fusión de los partidos, una fuerza legitimista, que ocupaba la hacienda de San Jacinto, pocas millas al Este del Río Tipitapa, fue atacada por una columna de filibusteros al mando de Byron Colé, a quien Walker envió a despejar aquella parte del país, después de la derrota que allí había sufrido otro de los suyos, a quien mandó con el mismo objeto de mantener acceso a las haciendas de ganado de Los Llanos, donde pocos días antes urt piquete que conducía varias reses a Granada, para la falange, había sido dispersado quitándole la partida y matando al jefe conductor de ella.

Byron Colé fue quien firmó con el Gobierno de Castellón el contrato en virtud del cual vino Walker a Nicaragua con sus primeros compañeros. El que tanto cooperó a que se efectuara la invasión pagó con la vida, en la completa derrota que sufrió en San Jacinto, los males que hizo a nuestros países.

Esta pérdida, si muy sensible para la falange, no parece que fuera considerada de gran importancia, según los conceptos del jefe de ella, a quien, por otra parte, llegaban constantemente refuerzos y elementos de guerra.

Fuertes de esta manera sus cuarteles, Walker, entre otras disposiciones para favorecer a los extranjeros y que se hicieran dueños de Nicaragua, sin consideración ninguna para los hijos del país, ni respeto a la propiedad de éstos, lanzó por fin, el mayor insulto a Centro América, emitiendo un decreto el 22 de setiembre, con el objeto, según sus propias palabras, de abrir el camino para que se introdujese nuevamente la esclavitud en Nicaragua!

(1) Don Mariano Salazar era un nicaragüense respetable y muy influyente. Se dirigía a la Unión, San Salvador, en un bongo y El Granada le hizo preso en el Golfo «de Fonseca. Trabajaba contra la falange y conducido a Granada, Walker le mandó fusilar el 3 de agosto de 1856.

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