William Walker(1824–1860)
Fue un aventurero, militar y político estadounidense, nacido en Nashville, Tennessee, el 8 de mayo de 1824. Es tristemente célebre por sus intentos de conquistar y gobernar varios países de Centroamérica, especialmente Nicaragua, en nombre del expansionismo estadounidense.
Walker era un joven brillante: se graduó en leyes y estudió medicina y lenguas. Sin embargo, no se conformó con una vida académica. Influenciado por la ideología del Destino Manifiesto (la creencia de que Estados Unidos debía expandirse por el continente), decidió llevar esa expansión a través de la violencia y la intervención extranjera.
En 1853, hizo su primer intento de fundar una «república independiente» en la península de Baja California, México, pero fue derrotado y regresó a Estados Unidos.
En 1855, aprovechando una guerra civil en Nicaragua, Walker fue invitado por un bando para intervenir con un pequeño grupo de mercenarios. Rápidamente tomó el control del país, y en 1856 se autoproclamó presidente de Nicaragua tras organizar elecciones manipuladas.
Una vez en el poder, restauró la esclavitud (abolida desde hacía décadas en Nicaragua), impuso el inglés como idioma oficial en algunos sectores y favoreció los intereses de colonos y empresarios estadounidenses, especialmente los del magnate Cornelius Vanderbilt.
Las acciones de Walker alarmaron al resto de Centroamérica. En 1856, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala formaron una alianza militar para expulsarlo. La Campaña Nacional, liderada por Juan Rafael Mora Porras en Costa Rica, fue clave para debilitar a los filibusteros.
Walker fue finalmente derrotado en 1857, obligado a rendirse y expulsado del país.
A pesar de sus fracasos, Walker no se dio por vencido. En 1860 intentó invadir Honduras, pero fue capturado por tropas británicas y entregado a las autoridades hondureñas. Fue juzgado y fusilado el 12 de septiembre de 1860 en Trujillo, Honduras.
William Walker es considerado un villano histórico en Centroamérica, símbolo del imperialismo y del peligro del intervencionismo extranjero. Su historia también representa un momento de unidad centroamericana, cuando varios pueblos se levantaron para defender su soberanía.
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