La poesía y la Guerra Patria

160 aniversario victoria Campaña Nacional

La poesía y la Guerra Patria

Marjorie Ross
De la Academia Morista Costarricense
Reseña de la poesía épica de 1857.

La costumbre de expresar mediante la poesía las hazañas heroicas de pueblos y ejércitos es muy antigua. Ya lo hizo Homero en Grecia con una maestría que le ha valido la inmortalidad.

En sus inicios, la poesía tuvo como uno de sus fines el fomentar la memoria de la comunidad y envolver en palabras sonoras la historia de la tribu; esa arista se ha mantenido a través de los siglos. Ha sido una manera de comunicar emociones y de expresarla en formas imaginativas y creadoras, que encuentren eco en la gente del pueblo. Las guerras han sido objeto particular de odas y cantos, en los que se resaltan el honor, la justicia y la valentía de los héroes.

No fue distinto con la Guerra Patria, de la que nos han quedado poemas, himnos y odas, que hablan de la “gloria a los valientes jefes y soldados, que más esforzados el mundo no vio”.

El hálito latinoamericanista de la lucha contra William Walker y su fuerzas paraestatales ha quedado evidente en la producción poética de varios escritores, tanto costarricenses como centro y suramericanos, afincados aquí, que dieron rienda suelta a su habilidad creativa.

Entre ellos destaca el guatemalteco Tadeo N. Gómez, quien compiló en 1857 el poemario El clarín patriótico, publicado ese año en San José, en la Imprenta de la Paz, calle del Carmen, como “Colección de canciones y otras poesías compuestas en Costa Rica, en la guerra contra los filibusteros invasores de Centroamérica”.

Otros latinoamericanos expresaron también su admiración por nuestra gesta patriótica, entre ellos el colombiano Rafael Pombo, quien llegó a Costa Rica como secretario en la misión diplomática del general Pedro A. Herrán, cuando comenzaba la lucha contra las fuerzas invasoras del expansionismo esclavista.

De uno de sus poemas, con el que se despidió de nuestra tierra y que lleva el título de “Costa Rica, adiós”, entresacamos esta estrofa:

Tú, pobre en todo, rica cual ninguna
en dignidad, has estrellado el vuelo
del buitre; y aclamándote modelo
hoy todo hidalgo corazón se aduna…

De otro poema suyo, que llamó “Manifest Destiny”, estos versos dirigidos con sarcasmo a los filibusteros:

Y a Santa Rosa en son triunfal llegaron;
y allí de Costa Rica al campesino
con escopeta de cazar toparon.
¡Y fue tan manifiesto su destino,
que en la carrera que ágiles pegaron
el botín olvidaron… y el camino!

En las obras que brotan del horror de la guerra y sus secuelas, se destaca también el heroísmo y el sacrificio de los mártires y de nuestros valerosos dirigentes.

Hay otro poema de la Guerra Patria dedicado a la toma del río y puerto de San Juan del Norte, cuyo coro es de gran elocuencia y dice así:

¡Loor eterno a los bravos soldados
de la patria baluarte y sostén!
¡Loor eterno a los jefes invictos,
que supieron luchar y vencer!

Una de sus estrofas muestra el afán de engrandecer con la palabra poética la gloria de la patria:

Costa Rica aparece gloriosa,
como fuera una grande nación,
al soberbio enemigo confunde,
y su orgullo insolente abatió.
Una chispa ha causado un incendio,
todo un país un arroyo inundó,
el inicuo malvado hoy conoce,
que no impune será su traición.

En el poema dedicado a la entrada del ejército vencedor, que aparece en El Clarín Patriótico, resaltan estos versos:

Mora y Cañas ¡oh jefes invictos!
La nación reconoce los hechos
que por ella con ínclitos pechos,
vuestro esfuerzo arrostró con ardor.
Y Xatruch y Zavala y Martínez.
y Jerez y Chamorro esforzado
su patriótico brío han probado
combatiendo en los campos de honor.

Se enfatiza allí que la contienda no ha sido, como otras en la historia, para anexar territorios, sino para evitar el dominio esclavista:

A vosotros, oh bravos campeones
una noble ambición os inflama:
defender a la Patria, si os llama,
contra audaz enemigo exterior.

Hay otro poema en honor del presidente Juan Rafael Mora, con un estribillo coral que dice: “¡Oh héroes de la patria! ¡Cuan digno galardón, concede a vuestro esfuerzo la gloria y el honor!” De él, el siguiente fragmento:

Orne su noble frente
de lauro inmarcesible,
el adalid temible
que impulsa a la nación:
el que en sangrienta lucha
en Rivas, denodado,
al lado del soldado,
ganó brillante acción.
Do quiera resonando
la trompa de la fama
a Mora ya proclama
invicto vencedor.
El curso de los siglos
su nombre ilustre y grande
mientras gloriosa arde
la antorcha del valor.

También hubo odas en El Clarín Patriótico para el general en jefe de lo Ejércitos Aliados, don José Joaquín Mora, del que copiamos lo siguiente:

La espada que a la patria libertara
de un villano enemigo con su filo:
la que brillante, con pujanza rara,
del filibusterismo cortó el hilo;
hoy cual estrella refulgente y clara
para el bien de la patria, que es su asilo,
¡oh invicto Mora! a consagrarla vienes,
de laurel coronadas vuestras sienes.

No podía faltar, en la alegría de la victoria, la manifestación del deseo de que nuestras naciones no se vieran envueltas de nuevo en una guerra cruenta como la vivida:

La paz consoladora
en Costa Rica impere,
y nunca más la altere
el trueno del cañón.
Con ella el patriotismo,
ardiente, incontrastable,
cual hoy, inexorable,
de aliento a la nación.

La producción poética de la gesta estaba muy cerca del pueblo y brilló en los cartelones que se exhibieron en el desfile de entrada del victorioso ejército nacional.

Tadeo N. Gómez recogió algunos de esos textos, entre ellos:

¡Viva Costa Rica,
que libertadora,
fue como la aurora
que precede al sol!
!Vivan los valientes
que vienen triunfantes!
¡Los bravos amantes
de patria y honor!
La América hermosa
del centro respira:
ya libre se mira
del fiero invasor.

El filibustero
yace hoy humillado:
el fue escarmentado
por vuestro valor.
¡Oh nobles guerreros!
Gritasteis ¡Victoria!
Y un rayo de Gloria
la patria inundó.

Los sentimientos de profunda admiración, valor y dignidad que se recogen en esos y mucho otros versos escritos a propósito de la Guerra Patria, incluso en nuestros días, son afirmación de un pasado heroico que fortalece nuestras identidades y que nos da fuerza para enfrentar los embates de las amenazas de la realidad contemporánea.

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