El Pacto del Jocote
Fue un acuerdo efectuado el 11 de abril de 1842 a la sombra de un árbol de jocote, cerca del El Coyol, en Alajuela, Costa Rica, entre el general Francisco Morazán, expresidente de la República Federal de Centroamérica y símbolo del ideal unionista centroamericano, que había desembarcado con tropas en el puerto costarricense de Caldera, y el general Vicente Villaseñor, a quien el Jefe de Estado de Costa Rica Braulio Carrillo Colina había enviado con 700 hombres a rechazar la invasión.
La persona que encarnó esa vil traición fue nada menos que el general Vicente Villaseñor y Lanuza, General en Jefe del Ejército de Costa Rica a quien don Braulio Carrillo le había confiado la protección del país, su condición de alto grado militar lo hacía el hombre ideal para luchar como abanderado en la defensa de los mejores intereses de nuestra patria.
Era urgentísimo detener al invasor de inmediato.
Francisco Morazán soñaba con hacer de todos los países centroamericanos una sola gran nación centroamericana, en su última aventura internacional se había declarado enemigo a muerte de don Braulio Carrillo y deseaba tomar el gobierno de Costa Rica por la fuerza.
Vicente Villaseñor era viejo conocido de Morazán y en varias ocasiones había sido su antiguo lugarteniente, Carrillo no lo sabía, por lo tanto cualquier esfuerzo en defensa del gobierno carrillista sería imposible en manos de un traidor.
Experimentado militar de origen salvadoreño, Villaseñor había llegado a Costa Rica como refugiado durante el último gobierno de don Braulio Carrillo (1838-1842), fue muy bien recibido por el Presidente y de inmediato pasó a formar parte de la elite del Ejercito con un alto cargo.
¿Defendió a Costa Rica en el Jocote?
Nó, no lo hizo.
Más bien pactó con el enemigo y el enemigo en ese momento era Morazán.
Ambos militares se encontraron en los conocidos llanos de “El Jocote” e intercambiaron propuestas, al final se abrazaron fraternalmente y decidieron unir sus ejércitos en contra del gobierno de Carrillo. ¡Buena yunta!
En ese mismo momento se escuchó la voz fuerte y sonora de un valiente oficial del Ejército de Costa Rica que decidido e indignado gritó:
“¡HEMOS VENIDO AQUÍ A PELEAR Y NO A PACTAR!”
Y rompiendo su espada en dos decidió marcharse de inmediato a la clandestinidad, a partir de ese momento dió comienzo la lucha revolucionaria en contra del único invasor extranjero que ha llegado a ejercer la Presidencia de la Republica: FRANCISCO MORAZAN.
El nombre de ese patriota olvidado fue RAFAEL BARROETA BACA.

Rafael Barroeta Baca
Rafael Barroeta Baca era originario de Cartago y había nacido en 1813, provenía de una familia acaudalada y fundó varias haciendas en la Provincia de Guanacaste; fue un filántropo de la educación costarricense y la beneficencia pública.
Murió en 1880.
No olvidemos al patriota nunca más, RAFAEL BARROETA BACA representa el ideal del hombre valiente y honesto que no se deja amedrentar por el poder y la fuerza, Barroeta es sinónimo de valor, patriotismo y lealtad.
Braulio Carrillo había gobernado a Costa Rica con mano férrea, y quizá por ello se había ganado múltiples enemigos. Por esto, su salida fue bien recibida por diversos militares y hombres de Estado.
Entre quienes firmaron el Pacto del Jocote estuvieron Florentino Alfaro, el rico comerciante Vicente Aguilar, José María Zamora, Alejandro Escalante y otras figuras del ámbito local. Según el historiador Ricardo Fernández Guardia, Carrillo partió de Puntarenas el 15 de abril de 1842 con dirección a El Salvador en un viaje sin retorno.
German Gerardo Delgado Coto
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