Minor C. Keith

Minor C. Keith

Minor C. Keith
1848 – 1929

Fue un empresario, ingeniero y magnate estadounidense que desempeñó un papel fundamental en el desarrollo económico e infraestructural de América Central, especialmente en Costa Rica, donde dejó una huella profunda a través de su participación en la construcción del ferrocarril al Caribe y la expansión de la industria bananera.

Keith nació en Brooklyn, Nueva York, en una familia con experiencia en los negocios y la política. En 1871, a los 23 años, fue invitado por su tío Henry Meiggs, un contratista con proyectos ferroviarios en América Latina, para colaborar en la construcción del ferrocarril entre San José y Limón, en la costa caribeña de Costa Rica.

Este proyecto, iniciado por el gobierno costarricense para unir la capital con el Caribe y facilitar el comercio internacional, resultó ser sumamente complejo debido al terreno montañoso, el clima tropical y las enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla, que mataron a miles de trabajadores, entre ellos varios de los propios hermanos de Keith.

El gobierno de Costa Rica no logró financiar el proyecto por completo, y Keith terminó asumiendo la responsabilidad económica del ferrocarril. Para sostenerse, comenzó a cultivar banano a lo largo de las líneas del ferrocarril, lo que eventualmente lo llevó a fundar una de las primeras grandes empresas bananeras de la región.

En 1884, firmó un acuerdo con el gobierno del presidente Próspero Fernández y luego con Bernardo Soto, que le otorgó generosos beneficios y concesiones: tierras a lo largo del ferrocarril, exenciones de impuestos y control sobre la explotación de las rutas ferroviarias. Este pacto ha sido considerado por muchos como el inicio de un modelo de enclave económico en el Caribe costarricense.

Con la infraestructura del ferrocarril completa en 1890, Keith expandió sus cultivos de banano y empezó a exportar la fruta a Estados Unidos. Su empresa se fusionó en 1899 con la Boston Fruit Company para formar la United Fruit Company (UFCO), de la cual Keith fue vicepresidente.

Esta empresa se convirtió en una de las corporaciones más poderosas del hemisferio occidental y fue pieza clave en lo que más tarde se llamaría el modelo de las «repúblicas bananeras», donde las decisiones económicas y políticas eran fuertemente influenciadas (y a veces controladas) por intereses extranjeros.

Keith se casó en Costa Rica con Cristina Castro Fernández, hija del primer presidente de Costa Rica, José María Castro Madriz. Fundó una cadena de almacenes generales y fue propietario de una de las más grandes granjas de aves de corral en todos los Estados Unidos. Al final de su vida, donó su colección de oro precolombino al Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.

Falleció de neumonía en su hogar, en West Islip en 1929, New York, cuando tenía 81 años. No tuvo descendencia.

La figura de de Keith sigue siendo controvertida: para algunos, fue un visionario que modernizó Costa Rica; para otros, un símbolo del neocolonialismo económico y la pérdida de autonomía nacional.

Impacto en Costa Rica

Infraestructura: Keith fue esencial en la integración del país con el mercado global gracias al ferrocarril. Este facilitó el comercio y la movilidad, sobre todo en el Caribe.

Colonización del Caribe: Con el banano como motor económico, Keith atrajo a miles de inmigrantes jamaiquinos, italianos, chinos y de otras nacionalidades, transformando la demografía y cultura de la región.

Economía: Aunque ayudó al crecimiento del sector exportador, también instauró un modelo de dependencia y concentración de tierras en manos extranjeras.

Política: Su influencia sobre el Estado costarricense marcó una etapa de cesión de soberanía en aras del progreso económico, generando críticas tanto en su tiempo como en la historiografía posterior.

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