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Casona de Santa Rosa

Casona de Santa Rosa

Datos Históricos de la propiedad
Lic. Raúl Fco. Arias Sánchez -Historiador- y otros

La Hacienda San Rosa, se consideró desde mediados del siglo XVIII como una de las más importantes de la región guanacasteca, por su extensión y recursos con que contaba. Santa Rosa, fue una de las haciendas más grandes y antiguas del país, desde 1663 se tienen datos de su existencia como sitio donde a través de los años y hasta 1966 se desarrollaron actividades agrícolas y ganaderas.

Desde sus comienzos, Santa Rosa era un sitio más dentro de la gran cantidad de fincas que comprendía la hacienda. Fue hasta en 1863, siendo dueño don Inocente Barrios Muñoz, que se inscribe el sitio Santa Rosa en el Registro Público con el nombre de Finca Santa Rosa. La hacienda fue fundada entre los años 1740 y 1750. Su nombre es antiguo, pues se le menciona ya en 1751. En aquel entonces Santa Rosa y El Pelón pertenecían a un mismo propietario, el capitán Juan Antonio Santos de San Pedro, en sus terrenos pastaban 1500 reses y anualmente se herraban por ahí de treinta mulas y ciento treinta potros. Las labores de hacienda consistían en el cultivo del maíz y la fabricación de quesos.

En 1663 se hace por primera vez la medición general de lo que serían los terrenos de la Hacienda Santa Rosa, esto a solicitud de don Juan Martín de Villa Faña, él cual había pedido esas tierras a la Reina de España. Posteriormente se valoraron y fueron traspasadas al Alferez don Joseph de Rivas, (1736). Otros propietarios han sido: Juan Antonio Santos de San Pedro (1751), Ramón Gomez (1856), la familia Barrios Sacaza (1895) y Luis Roberto Gallegos (último dueño). Ellos habitaron la casa principal de la Hacienda ubicada en las faldas sur-occidentales del cerro Santa Rosa.

La Casona de la Hacienda Santa Rosa fue construida hacia 1750, ya que en los protocolos se le comienza a mencionar a partir de 1751, siendo su propietario el capitán español Juan Santos de San Pedro.

A principios del siglo XIX, los descendientes del capitán Santos de San Pedro vendieron las haciendas, adquiriendo la de Santa Rosa un sacerdote rico asentado en Liberia, quien habitaba la casona sólo los fines de semana, haciendo erigir un oratorio al final del corredor del lado norte, hacia el este, donde oficiaba misa dominical para todos los vecinos de las demás haciendas.

A mediados de la década de 1830 Santa Rosa fue adquirida por don Agustín Gutiérrez Lizaurzábal, quien era suegro del general José Joaquín Mora, comandante en jefe del ejército expedicionario durante la Campaña Nacional de 1856 y de la batalla librada en la Hacienda Santa Rosa, la cual conocía perfectamente.

En el año 1849 los hijos de don Agustín Gutiérrez venden la hacienda al hacendado cartaginés don Ramón Gómez, quien era su propietario al momento de la invasión filibustera el 20 de marzo de 1856. Todos los propietarios que tuvo Santa Rosa la habitaban solo temporalmente, gracias a lo cual ninguno de los propietarios se hallaba en la casona cuando llegaron las fuerzas del coronel Schlessinger, capturando por sorpresa a cuatro mozos de la hacienda y varias mujeres, asesinando a tres de los hombres, cuyos cadáveres fueron hallados dentro de la casona por los soldados costarricenses al finalizar la batalla.

La batalla escenificada en Santa Rosa en 1856 no afectó la estructura de la casona a pesar de lo intenso del combate. El principal factor para que el inmueble no sufriese daños fue sin duda el corto lapso de tiempo en quél ejército costarricense venció a los filibusteros, lo que hizo que no fuese necesario incendiar la casa para desalojar al enemigo ni que los disparos de los cañones hiciesen blanco en la paredes o el techo.

La familia Gómez mantuvo la propiedad hasta inicios de los años 1890, cuando la venden, procediendo los nuevos dueños a demoler la antigua casona para levantar otra sobre los mismos basamentos de cal y canto.

La casa fue terminada en 1895, conservándose hasta nuestros días como elementos originales de la batalla de 1856 las gradas de piedra, los basamentos, los muros de piedra que forman los corrales laterales a la casa, los caminos y los parajes boscosos aledaños.

Se ubican cerca de la Casona los corrales de piedra, construídos en el año de 1700 (apróximadamente), en ellos se puede observar aún el bramadero, y siguiendo hacia el sur el baño de inmersión, en el cuál bañaban y curaban al ganado.

El 9 de marzo del 2001 la Casona fue destruida en un incendio, y fue restaurada a su forma original de 1895.

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