La Escuela República Argentina

Escuela República Argentina

La Escuela República Argentina

El lugar donde todavía hoy se levanta este viejo edificio que en Heredia conocemos todavía hoy como Escuela República Argentina, está cargado de historia. Allí existió una vez, en las vísperas y primeros tiempos de la Independencia, y décadas más tarde, el primer cuartel que hubo en la actual ciudad. Por 1868 y 1869, cuando el joven Cleto González Víquez era estudiante en Heredia, recibía allí sus clases de latín y castellano, y estos cursos eran dependientes de la Universidad de Santo Tomás. Don Cleto recordaba en 1934 a esos «viejos edificios que inspiraban lástima por su feo aspecto y por su vetustez y condición ruinosa». Debieron ser sencillas construcciones de adobes con galerías y corredores interiores. Estos bienes pertenecían a la Municipalidad de Heredia, la que conforme con las leyes y la Constitución, tenía entonces entre sus tareas la enseñanza de la juventud. Por ruinosos los edificios fueron demolidos. El Lic. don Mauro Fernández realizó durante la administración del Lic. don Bernardo Soto su famosa reforma educativa de 1886. A raíz de ello se empezó a pensar en dotar a Heredia de lo que habría de ser el primer edificio levantado conforme con normas técnicas, destinado a la enseñanza primaria. El lugar escogido fue este terreno citado, que fue comprado a la municipalidad por el Gobierno. Este era bastante céntrico y apropiado por lo mismo para el servicio de la educación de la juventud herediana.

Por 1888 fue colocada la primera piedra, en acto solemne y concurrido, al que asistieron altos miembros del Gobierno central, miembros de la Dieta Centroamericana, quienes eran los representantes de las otras naciones amigas del istmo.

Los planos fueron confeccionados por el Gobierno en la Dirección General de Obras Públicas, bajo manos del ingeniero francés León Tessier, quien hizo en verdad un buen diseño que es fiel reflejo de las tendencias arquitectónicas de la época. Para las obras fue nombrado ecónomo y director general de los trabajos el ilustre herediano don .Joaquín Lizano (1829-1901). En la realización de esta obra puso don Joaquín sus mayores empeños, dado que hubo ocasiones en que estuvo a punto de ser paralizada. Con su propio peculio Lizano pagó salarios y materiales. Fue su maestro de obras y asistente el laborioso barveño León Cordero, quien se encargó del control y de adquirir y trasladar los materiales de construcción, la cal y fa arena y demás materiales que se necesitaban para la obra. De allí que el Lic. Cleto González Víquez escribiera sobre don Joaquín lo que sigue:

A don Joaquín Lizano le debe Heredia mucho de su adelanto material y cultural, por la labor intensa que desplegó en favor de su riqueza y adelanto, con desinterés y entusiasmo no sobrepujados antes ni después; y al poner a esa escuela (se refiere a la que lleva su nombre y que está situada en la parte norte del mismo edificio), cuya construcción dirigió su nombre venerado, no hizo Heredia sino demostrar el alto aprecio que le merecían sus servicios y presentar su prócera figura a las generaciones venideras para recuerdo y para estímulo de las virtudes cívicas.

Lizano honró también a nuestra Provincia en la Presidencia temporal (de la República, entre mayo y noviembre de 1875, agregamos), y en diversos ministerios, cargos que llenó con habilidad, inteligencia y honradez, luciendo sus claras y rectas intenciones, imponiendo sus levantadas y progresistas ideas y exhibiendo, al lado de un amable trato e insinuantes maneras, la severidad de criterio y de conducta que exige siempre la conciencia del deber”.

La construcción de la obra se prolongó hasta finales del año 1895, durante la administración de don Rafael Iglesias, y tuvo un costo de ciento cuarenta mil pesos. A principios de 1896 es que acoge a la niñez de Heredia; se puso en manos del educador don Próspero Pacheco la dirección del nuevo plantel educativo. En su libro De mi Heredia de antaño (Imprenta Lehmann, 1969), el Lic. Víctor Manuel Elizondo tiene un evocador capítulo sobre esta escuela y don Próspero, el que se titula «La escuela de tío Próspero», con remembranzas del año 1904.

Cuando empezó a funcionar en Heredia en 1915 la Escuela Normal de Costa Rica, esta escuela primaria se convirtió en Escuela de Aplicación, o sea en aquella a donde los futuros maestros darían sus primeras clases bajo la supervisión de sus tutores. Sin embargo, en 1925 se acordó denominarla Escuela de Aplicación República Argentina. El 9 de julio de dicho año el Señor Ministro de la República Argentina, funcionarios del Gobierno y del Cuerpo Diplomático acreditado en el país, se hicieron presentes en Heredia para inaugurar con este nombre de República Argentina a dicha escuela.

El paso de los años y los procesos de cambio urbano de la ciudad, hicieron que paulatinamente decreciera la matrícula en esta escuela. Por dicho motivo se decidió su clausura a mediados del año 1981. A partir de entonces se la destinó a sede de la Dirección Provincial de Enseñanza, condición que actualmente mantiene. Sí ha persistido en funciones la Escuela Joaquín Lizano.

Actualmente este antiguo edificio de la República Argentina sufre un notable deterioro. Allí funcionan varias oficinas, la principal de las cuales es la de la Dirección Regional de Educación Pública.

Escuela República Argentina

Tomado de “Añoranzas de Heredia”. Textos Históricos de Carlos Meléndez Ch. Dibujos de Mario Ramírez E.

N. del E.: El edificio fue restaurado recobrando su antiguo esplendor, y ahora alberga el “Centro de la Cultura Herediana Omar Dengo”.

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