Luisa González:

Gerardo Contreras

Revista Comunicación. Volumen 15, año 27, No. 2, Agosto-Diciembre, 2006 (pp. 113-119) 113

Resumen

Este ensayo versa sobre la trayectoria política, de Luisa González Gutiérrez, de su participación desde los años de juventud en movimientos políticos y sociales en pos de la justicia social. Se destaca su papel como dirigente de la Alianza de Mujeres Costarricenses, de su rol como educadora en centros de preescolar y primaria. Además, se hace su referencia a su trabajo como escritora de literatura infantil, artículos de denuncia social y de la novela A Ras del Suelo.

Cuando ya el verano estaba casi extinguido, un veinticuatro de abril del primer lustro del siglo veinte, concretamente del año 1904, nació en la bucólica ciudad de Heredia, una niña a quien le llamaron Luisa, hija de don Ismael González y de doña Rosalina Gutiérrez.

Era aquella Costa Rica, llena de calles polvorientas, de cafetales por doquier, de hombres vestidos de mezclilla azul o caqui, descalzos la mayoría, laboraban sembrando, deshijando, desyerbando, aparcando, secando el café, que era el producto básico y sostén de la economía nacional; y por otra parte, centros de población, denominados cabeceras de provincia, donde paulatinamente florecían el comercio y los talleres artesanales de los más diversos oficios, vale decir, panaderías, zapaterías, sastrerías, jabonerías, ebanisterías.

Heredia, era parte de esa Costa Rica, que se había venido desenvolviendo dentro de los cánones de una república liberal, con una sólida burguesía agroexportadora, con los inicios también de diversificación económica y el surgimiento del confl icto social (1).

A pesar de que los índices de desarrollo humano, no eran los más óptimos, en el Valle Central, habíase desarrollado con cierto ímpetu la educación pública, tanto en los niveles de primaria como de enseñanza media, donde jugaron un papel muy importante el Liceo Costa Rica, Colegio Superior de Señoritas, Instituto de Alajuela, Colegio San Luis Gonzaga y Liceo de Heredia.

Como muchas niñas en el territorio nacional, Luisa González, en medio de la pobreza y del tesonero trabajo de sus padres, había logrado inculcar en ella un espíritu de superación envidiable, unos deseos infinitos por disfrutar la cultura, las artes, las letras, las ciencias (2).

Por ese espíritu humanista, ingresó a la Escuela Normal de Heredia, ahí forjó aún más su temple por el estudio y comenzó a comprender en alguna medida las razones estructurales del por qué tanta injusticia en la sociedad, del por qué unos países eran potencias económicas y otros no, del por qué allá lejos en un país llamado Rusia, la clase trabajadora había derrocado al imperio zarista e instaurado un gobierno obrero-campesino.

De modo que, la Escuela Normal no era solo un ente de la pedagogía por la pedagogía, sino que procuró cumplir con un proceso de enseñanza-aprendizaje crítico, científico, humanista y en estricto apego a la realidad nacional e internacional.

Fueron las lecciones de Omar Dengo, Rómulo Tovar, Joaquín García Monge, Carmen Lyra, las que coadyuvaron a forjar ese espíritu inquieto y cuestionador.

Además, por esa época, visitaban el país personalidades de diversos campos del conocimiento, y generalmente impartían conferencias magistrales en la Sala Magna de la Escuela Normal, entre ellos el célebre escritor español, don Jacinto Benavente, y el político peruano muy en boga durante las primeras décadas del siglo veinte, nos referimos a don Víctor Raúl Haya de la Torre, quien a la sazón era el líder de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).

Sobre la filosofía política del APRA y de su líder Haya de la Torre, Luisa González Gutiérrez, planteó: “… para mí ha sido una revelación de nuestras fuerzas, una llamada a mi misma, me he sentido reconfortada y entusiasta … Haya de la Torre: su palabra no se pierde, nuestro entusiasmo y nuestra alegría serán tierra generosa y fecunda que romperá, sino en un bosque floreciente y majestuoso, en un vasto campo de tallos nuevos y hojas verdes que al agitarse anuncian la nueva generación” (3). Una vez graduada como maestra de la Escuela Normal de Costa Rica, se integró de lleno a trabajar en la Escuela Maternal, junto a Carmen Lyra, ahí puso en práctica todo su acerbo pedagógico, pero lo más importante si se quiere, es que en esa labor docente, pudo palpar la pobreza a ultranza de los niños y niñas a quienes tenía que impartirles conocimientos, y es que esas condiciones económico-sociales no fueron casuales, sino que obedecieron a otros factores, “concretamente en los años veinte, el país se va a ver afectado por dos severas crisis: la Primera Guerra Mundial y la zozobra causada por la depresión de 1929, cuyas consecuencias fueron funestas para la economía nacional y para la gran masa trabajadora vinculada a los principales productos, ya que los precios y las exportaciones bajaron ostensiblemente … también se va a dar un desequilibrio comercial y fiscal, alza de precios y devaluaciones, entre otros aspectos” (4).

Esa realidad concreta, sensibilizó en grado sumo a la joven maestra Luisa González Gutiérrez y a sus compañeras de trabajo.

Luisa y su ingreso al Partido Comunista

La crisis económica de 1929, efectivamente afectó de modo considerable a la sociedad costarricense, hubo una alta tasa de desempleo tanto en el campo como en la ciudad; esas condiciones precarias, provocaron que un grupo de jóvenes estudiantiles de Derecho y trabajadores artesanos, se reunieran para estudiar, conocer, discutir, lo que estaba sucediendo tanto en el país como en el mundo.

Ese centro de estudio se denominó Asociación Revolucionaria de Cultura Obrera (A.R.C.O.), después de haber estudiado las particularidades del fenómeno social, consideraron que había que hacer algo más, pues el mismo Carlos Mora, ya había planteado que “los filósofos no han hecho sino, interpretar el mundo, y de lo que se trata es de transformarlo” (5).

Fue así como el 16 de junio de 1931, se fundó el Partido Comunista de Costa Rica en la ciudad de San José, y de inmediato se dedicó a trabajar y a luchar en beneficio de la clase trabajadora costarricense.

La educadora Luisa González Gutiérrez nos narra su ingreso a esta organización política, en los términos siguientes “para una muchacha como yo, de origen proletario, nacida y criada en ambiente de familia obrera, viviendo siempre en los suburbios de la capital o rodando de aquí para allá, de Cartago a Puntarenas, de Heredia a Miramar, buscando trabajo, es decir, arañando al mundo para ganar con mi familia el pan de cada día, el ingreso al Partido Comunista no significó ningún problema especial de conciencia … Lógicamente encontré en el Partido Comunista, la respuesta, es decir, la explicación científica a las inquietudes y dudas que atormentaban mi espíritu de joven maestra, llena de ideales y de fantasías pedagógicas …. Así una tarde, Carmen Lyra me invitó a leer un pequeño librito que explicaba en forma magistral la historia y el desarrollo de la sociedad humana … era el Manifi esto Comunista de Marx y Engels. Aquel pequeño libro y la amistad con los muchachos fundadores del Partido Comunista nos señalaron “el único camino” que conduce hacia la justicia y la fraternidad entre todos los hombres de la tierra” (6).

En esa primera etapa de lucha de los comunistas costarricenses, estos se dedicaron a organizar a los trabajadores desocupados producto de la crisis económica de 1929, además hicieron esfuerzos por ganar la conciencia de sectores de la intelectualidad nacional, y su prueba de fuego como organización revolucionaria fue organizar y dirigir la Huelga Bananera de 1934, en la zona atlántica del país.

El Partido Comunista, templó sus fuerzas y durante semanas tuvo un enfrentamiento directo contra la United Fruit Company, la cual se negaba a pie juntillas a conceder los beneficios que exigía el proletariado bananero; esa empresa transnacional contó con el apoyo del gobierno de turno para defender sus mezquinos intereses.

La experiencia de esta Huelga Bananera, entre otras cosas, enseñó que en la lucha de clases, es fundamental la organización y el nivel de conciencia de la clase trabajadora y la necesidad de una organización de vanguardia política, clasista y revolucionaria.

Pues bien, en ese trajinar, las maestras Luisa González Gutiérrez y Carmen Lyra, se habían involucrado de lleno en la lucha revolucionaria, le hurtaban sus horas al sueño y al descanso. En dicha huelga, también se curtieron como luchadores de primera línea Carlos Luis Fallas, Jaime Cerdas Mora, Arnoldo Ferreto Segura, Manuel Mora Valverde, Efraín Jiménez Guerrero.

Carmen Lyra, con base en la experiencia de esa lucha social que fue la Huelga Bananera, escribió una obra literaria titulada Bananos y Hombres.

Pero la lucha continuaba, no había tregua. Se trabajaba a nivel nacional, fortaleciendo cada vez más al Partido, para consolidarlo como vanguardia revolucionaria de la clase trabajadora.

En ese mismo período, hubo en Europa un auge considerable del fascismo y del nazismo, y ese auge se concretó con el ascenso de Benito Mussolini al poder en Italia, así como el de Adolfo Hitler en Alemania. En ese contexto internacional, se produjo lo que la historia contemporánea conoce como la Guerra Civil Española, hecho bélico que demoró tres años, o sea, de 1936 a 1939.

Durante ese período se puso en práctica en Costa Rica, el Comité de Solidaridad con la República Española, durante esos tres años los comunistas costarricenses desarrollaron su iniciativa creadora para contribuir con el pueblo español; en ese bregar, encontramos a la maestra Luisa González Gutiérrez junto con decenas de costarricenses trabajando por evitar que el fascismo se entronice en España.

Durante ese período, gobernó en Costa Rica don León Cortés Castro, hombre de mentalidad filo-fascista, y su Ministro de Educación don Alejandro Aguilar Machado, tomó la decisión de despedir del Magisterio Nacional a la educadora Luisa González Gutiérrez, en el documento de despido se dice “usted es comunista y la actitud política del gobierno es contraria a esas ideas. Contra usted no hay ningún cargo, ninguna queja en cuanto a su labor docente, pero la norma y orientación de este gobierno es francamente anticomunista. Cumplimos pues las promesas que hicimos al pueblo en nuestra campaña política” y esto contestó la maestra Luisa González “¿Quién puede hacer mayor cultura entre el maestro comunista que lucha por defender a su patria de la capacidad de poderosas compañías extranjeras o el Ministro de Educación Pública, que ha sido siempre admirador de las tiranías de América? Juan Vicente Gómez, Machado y Tinoco han recibido sus más cálidos elogios” (7).

Lejos de amilanarse por la conducta represiva del gobierno de turno, la educadora Luisa González Gutiérrez, no desmaya en su labor política y nos lo ilustra con sus palabras “El trajín diario de nuestra pequeña ciudad nos hace ver que hay muchas espaldas que acarrean sacos de harina, fardos de telas para los almacenes; que hay muchas muchachas en las boticas y fábricas lavando botellas, que hay muchos niños que recorren enormes distancias haciendo mandados, que hay muchas mujeres lavando ropa, aplanchando, limpiando pisos en los hoteles, que hay muchos obreros haciendo vestidos y zapatos. ¿En qué condiciones trabajan estas gentes? ¿Están bien alimentados? ¿Están protegidos contra la humedad? ¿Tienen ratos de descanso? ¿Ganan salarios justos de acuerdo con el trabajo que realizan? ¿Tienen auxilio cuando se enferman? ¿Tienen derecho a vacaciones?” (8).

Durante la década de los años cuarenta, período harto complejo de la vida política nacional, donde se lograron cuajar un conjunto de reformas sociales, bajo la dirección del Partido Comunista de Costa Rica, el Gobierno de la República y la Iglesia Católica Costarricense, ahí también obviamente encontramos a Luisa González Gutiérrez.

Luego vino la guerra civil de 1948, en ese escenario, la comunista Luisa González Gutiérrez, tuvo como tarea ser la tesorera de la recolección de cuotas y contribuciones para enfrentar gastos de los comunistas en el conflicto bélico; ella tuvo su oficina en la Confederación de Trabajadores de Costa Rica.

Cuando los comunistas fueron derrotados militarmente, en abril de 1948, ella fue una de las encargadas de distribuir los escasos recursos económicos entre los combatientes, ella nos dice: “Tuvimos que dar entonces ayuda a los familiares de los presos en San José y terminar de licenciar a centenares de excombatientes … tuvimos que darles pases de regreso a sus hogares, dinero para que no llegaran con las manos vacías. Además, una gran cantidad de ellos tuvieron que permanecer escondidos en San José por algún tiempo, en vista de que no podían regresar a sus pueblos porque se exponían a ser víctimas de la brutal represión que cubría todo el país” (9).

En la nueva etapa histórica del Partido Vanguardia Popular después de la guerra civil, es decir, el período de la clandestinidad y de la ilegalidad, Luisa González, continuó dando su aporte sustancial a la organización revolucionaria, en las tesis políticas de 1952, planteó que debería lucharse por las siguientes reivindicaciones femeninas:

“1) Garantizar la igualdad jurídica y política para la mujer y abolir toda forma de discriminación que exista contra ella. 2) Garantizar el cumplimiento del principio de que a igual trabajo se le pagará igual salario. 3) Establecer casas cunas en todos los centros de producción importantes en que laboren mujeres a fin de facilitarles su trabajo y protegerles a sus hijos mientras laboran. 4) Incorporar a la mujer – de pleno derecho – a todos los campos de la actividad industrial y profesional para las cuales tengan aptitudes” (10). En aras de seguir trabajando políticamente con el movimiento social femenino, el Partido Vanguardia Popular, creó la organización denominada Alianza de Mujeres Costarricenses, cuya responsable fue Luisa González Gutiérrez, quien junto a Emilia Prieto, Alicia Albertazzi, Clemencia Valerín, Lilliana Di Palma, desplegaron un arduo trabajo en aras de concientizar a las mujeres de sus derechos inalienables y de persuadirlas para que se incorporaran a la lucha revolucionaria; dentro de esa línea de trabajo, es que Luisa González Gutiérrez, con gran maestría nos narra las vicisitudes del trabajo femenino en la Zona Bananera del Pacífico Sur durante una gira llevada a cabo en el mes de agosto de 1954.

Luisa nos describe “… nos espera la compañera Rosaura Rodríguez, dirigente de la Alianza de Mujeres Costarricenses en la Zona Bananera del Pacífico. ¿Quién es esta mujer delgadita, morena, sobre cuyas débiles espaldas la vida ha descargado el peso implacable de innumerables penas, privaciones, dolores y dificultades? Rosaura es una de las tantas mujeres de la zona que han dejado su vida, su juventud, en las fi ncas de la United Fruit Company. Las venas gruesas de sus brazos son los surcos que la vida, esta miserable vida de los pobres, ha ido abriendo en sus carnes. Sus pies nudosos como raíces atormentadas, han recorrido cientos de kilómetros en este valle de lágrimas para poder ganar el pan de ella y de sus hijos”. Y continúa en otro pasaje de su reporte “Por qué andan estas mujeres rodando por estas tierras? Unas son nicas, otras guatemaltecas, otras heredianas, ramonenses, josefinas, etc., etc. ¿Por qué señora? preguntamos a una de tantas – Buscando el real, niña, buscando el real caímos aquí en la zona, nos dice Marcela, la guanacasteca. ¿Y usted señora? – Mi esposo tuvo que salir huyendo de Nicaragua, perseguido por la Guardia Nacional y detrás de él nos venimos nosotros, nos cuenta esa nica, mientras echa unas grandes tortillas en el comal. ¿Y a ustedes qué las trajo por aquí? – La política señora, por la política estamos aquí; perdimos en la revolución, todo lo teníamos allá en San Isidro del General. Nos quedamos con una mano adelante y otra atrás y tuvimos que ajilar para esta maldita zona, explica Mauricia, rodeada de seis güilitas pálidos y tristes”.

El trabajo de Luisa González Gutiérrez y compañeras, al frente de la Alianza de Mujeres Costarricenses no cesa, en el Informe del Comité Central al IX Congreso del Partido Vanguardia Popular, llevado a cabo en el mes de abril de 1962, se plantea sobre el frente femenino, lo que sigue: “… con el claro propósito de crear un movimiento de mujeres amplio y de masas se resolvió fundar la A.M.C. En una Asamblea Nacional celebrada en setiembre de 1952 se aprobó su Programa, cuyos objetivos principales son: 1) La defensa de los derechos de la mujer, 2) La defensa de la infancia, 3) La defensa de la soberanía nacional, 4) La defensa de la paz. Como se ve, por sus objetivos programáticos, la nueva organización adquirió en efecto un carácter amplio. A partir de entonces, el movimiento femenino revolucionario de Costa Rica se incorporó al Movimiento Femenino Democrático Mundial, surgido a raíz de 1945, como consecuencia del lugar destacado ocupado por las mujeres durante el período de la Segunda Guerra Mundial. Así, la A.M.C. se afilió, apenas fundada, a la Federación Democrática Internacional de Mujeres” (12).

A finales de la década de los años sesenta, el Partido Vanguardia Popular luchando por recobrar la legalidad, trabajó de modo tesonero para inscribir su propio proyecto político-electoral, al cual se le denominó Bloque de Obreros Campesinos e Intelectuales, en su plataforma programática se planteó: “El Bloque no es un Partido nuevo. Es un partido con una larga tradición de lucha, es el Partido de Manuel Mora; es el Partido que luchó en Costa Rica durante muchos años por los derechos del pueblo trabajador; es el Partido que luchó por las Garantías Sociales, por el Código de Trabajo; por alza de salarios; contra los altos impuestos y en fi n por una transformación total del régimen social de nuestro país” (13).

Es digno de hacer mención, que la educadora Luisa González Gutiérrez, fue postulada a la Primera Vice-Presidencia, siendo la primera mujer en Costa Rica propuesta por un partido político para un puesto de alta relevancia y demostrando esa organización la voluntad política de darle a la mujer costarricense el papel que ella debe desempeñar en el quehacer nacional; con la papeleta iba acompañada de otro destacado educador como lo fuera el Prof. Carlos Luis Sáenz (14).

Para el Congreso XI del Partido Vanguardia Popular, Luisa González Gutiérrez, propuso que el Programa consignara las tareas del sector femenino, de modo que en el mismo quedó establecido lo siguiente: “La mujer costarricense se incorpora, en forma creciente, al movimiento popular y a la lucha antiimperialista con sus propias reivindicaciones. Las mujeres sufren discriminación y sienten profundamente la pobreza en que viven las familias de los obreros, los campesinos, los empleados y otros sectores de la sociedad. Las fuerzas reaccionarias se han aprovechado durante muchos años del estado de ignorancia y atraso en que el mismo régimen ha mantenido a las mujeres. Esto nos obliga a realizar un trabajo ideológico y político permanente y profundo entre ellas, a fin de que se conviertan en una fuerza real de la revolución” (15).

Cuando fue candidata a diputada por la provincia de San José. En la papeleta del Partido Acción Socialista (PASO), durante la campaña 1973-1974, Luisa González Gutiérrez, enfatizó en la necesidad apremiante de “creación de jardines de infancia y casas cuna en gran escala con el objeto de proteger, atender y educar al niño y permitir a la madre su integración al trabajo productivo y a otros aspectos de la vida social” (16).

Aparte de su trabajo en el área femenina, al interior del Partido Vanguardia Popular, Luisa González Gutiérrez, dedicó muchos años al trabajo de administradora de dos librerías las cuales pertenecían al Partido Vanguardia Popular, nos referimos a las Librerías Germinal y la Internacional, aparte de librerías estas fueron centros de educación política, ahí Luisa González Gutiérrez desarrollaba también una labor política – ideológica, pues eran numerosos los estudiantes de secundaria y universitaria, que acudían a ella para entrevistarla o solicitarle charlas sobre los más diversos temas de la vida nacional e internacional.

No se puede omitir bajo ninguna circunstancia, el destacado papel que como escritora desempeñó ella, a lo largo de sus sesenta y ocho años como militante revolucionaria.

Entre sus trabajos literarios cabe mencionar: 10 Pinocho Enfermo, 2) Triquitraque, 3) Como conocía Carmen Lyra, 4) Tierra y Paz, 5) Una gira por la zona bananera, 6) Aras del suelo, 7) Carmen Lyra y su obra literaria (17).

CONCLUSIONES

Hacer una reflexión sobre Luisa González Gutiérrez, es necesariamente hacer una reflexión sobre la historia de nuestro país durante el siglo XX, pero sobre todo una historia en donde se haga patente el rol jugado por la clase trabajadora en pos de sus luchas por mejorar las condiciones de vida.

En Luisa González Gutiérrez se sintetiza lo más diáfano, prístino, transparente, de una ser humana, vale decir, condensa el papel de mujer, madre, maestra, militante, esposa, en síntesis de la humanista a toda prueba.

Debe apuntarse, que haber sido revolucionaria en el siglo veinte no era tarea fácil – nunca lo ha sido -, y en el caso de Luisa, representó luchar contra la represión fascistoide no más ingresando a trabajar como maestra; luchar por la solidaridad internacional; trabajar por la consecución de las reformas sociales las cuales dieron beneficios importantes a la sociedad costarricense; vivir en carne propia los avatares de una guerra civil y salir derrotada de ella; trabajar en medio de la clandestinidad y la ilegalidad, que impusieron el imperialismo estadounidense en alianza con los sectores más reaccionarios de la política nacional; luchar por recobrar la legalidad de los revolucionarios costarricenses; reflexionar y ser creativa como escritora en medio de condiciones adversas.

Como muy bien apunta, el escritor Mario Benedetti: “A menudo se escriben o se citan consignas como estas: “la verdad es un hecho revolucionario”, o “La responsabilidad de los intelectuales es decir la verdad”. Pero decirla no es suficiente, también hay que actuar de acuerdo a esa verdad. Sólo así, esta pasa a convertirse en un hecho revolucionario” (18).

En coincidencia con el dramaturgo alemán Bertold Brecht, Luisa González Gutiérrez, es una de las IMPRESCINDIBLES, ello es así, porque luchó toda una vida sin descanso, sin tregua, y no lo hizo por resentimiento social, sino por necesidad de plenitud.

Con sus propias palabras, ella nos escribió “La historia de nuestro Partido está amasada con sangre, dolor, heroísmo, sacrificio, esperanza, trabajo revolucionario cotidiano y anónimo, en el que cada uno ha puesto su grano de arena sin pensar en sacar ningún beneficio personal, sino en la lucha diaria contra la injusticia, la explotación y la defensa de la paz y la soberanía de nuestra patria” (19).

A manera de conclusión, el Premio Magón, escritor Alfonso Chase, es en mi criterio quien mejor ha hecho una síntesis de esta mujer, en su poema Luisa González, él como vate majestuoso de la lírica nacional expresa “Yo digo Luisa González / como decir bandera u olla o libro / porque Luisa estaba desde siempre entre su pueblo” (20).

CITAS Y NOTAS

1) Véase texto de Iván Molina y Steven Palmer, titulado Historia de Costa Rica (Breve, Actualizada y con Ilustraciones), Capítulo 7.
2) Siempre Luisa en sus conversatorios, insistía, en aquella concepción humanística del filósofo argentino Aníbal
Ponce, quien advertía “que la cultura cuando se disfruta como un privilegio, envilece tanto como el oro”.
3) Véase el texto Escritos, Luisa González Gutiérrez, página 278.
4) Véase el documento 100 años de salud Costa Rica, auspiciado por la OPS-OMS Ministerio de Salud, pág. 6.
5) Ludwing Fuerbach y el fin de la fi losofía clásica alemana, Tesis 11, pág. 8.
6) Véase Periódico Libertad, s.f., 1996, págs. 6-7.
7) Véase Periódico Trabajo, 6 de marzo 1937.
8) Véase Periódico Trabajo, 19 de noviembre 1938.
9) Véase Diario de Costa Rica del 5 de junio de 1954.
10) Tesis políticas presentadas por Luisa González Gutiérrez a la Asamblea Nacional Extraordinaria del Partido Vanguardia Popular, los días 26 y 27 de 1952.
11) Véase folleto titulado “Una gira por la Zona Bananera”, escrito por Luisa González, págs. 5 y 15.
12) Véase Informe del Comité Central al IX Congreso del Partido Vanguardia Popular, 14-15 y 16 de Abril de 1962, págs. 49-50.
13) Véase folleto titulado “Por esto luchamos: Bloque de Obreros, Campesinos e Intelectuales”, 1969, Imprenta Elena, pág. 2. 14) Véase el libro La Historia no es color de rosa, pág. 107, 2006, Editorial Perro Azul.
15) Véase Programa del Partido Vanguardia Popular, 1971, págs. 44-45.
16) Véase Plataforma Electoral del Partido Acción Socialista, Imprenta Elena, 1973, pág. 33.
17) Véase el texto Escritos, Luisa González Gutiérrez, págs. 23-24-25-26-27-28-29-30-31-32.
18) Véase el Ensayo de Mario Benedetti, titulado “El intelectual en la transformación”, Editorial Nueva Imagen, pág. 117, 1980.
19) Véase Semanario Libertad, del 6 de enero de 1984.
20) Véase el texto El libro de la Patria, Editorial Costa Rica, 1974.

BIBLIOGRAFÍA

Chase, Alfonso. 1999. El libro de la Patria. Editorial Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.
Benedetti, Mario. 1980. El escritor latinoamericano y la revolución posible. Editorial
Nueva Imagen, México D. F., México.
Contreras, Gerardo. 2006. La Historia no es color de rosa. Editorial Perro Azul, San José, Costa Rica.
Contreras, Gerardo. 1989. Cronología Histórica del Partido Comunista de Costa Rica / Partido Vanguardia Popular, 1929-1983. Editorial Guayacán, San José, Costa Rica.
De la Cruz, Yalena et al. 2003. 100 años de salud Costa Rica. Editado por O.P.S. – O.M.S. -Ministerio de Salud, San José, Costa Rica.
Lenin, Vladimir. 1976. La literatura y el Arte. Editorial Progreso, Moscú, Unión Soviética.
Molina, Ivan; Palmer Steven. 1997. Historia de Costa Rica. Editorial Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
Mora Valverde, Manuel. 1980. Discursos. Editorial Pablo Presbere, San José, Costa Rica.
Morales, Juan Rafael. 2000. Escribo para recordar. Editorial UNED, San José, Costa Rica.
Oconitrillo, Eduardo. 2005. Cien años de Política Costarricense 1902-2002. Editorial UNED. San José, Costa Rica.
Rodríguez S., Eugenia et al. 2002. Un siglo de luchas femeninas en América Latina. Editorial Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
Rojas González, Margarita. 2006. Escritos de Luisa González Gutiérrez. Editorial Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.

DOCUMENTOS

• Colección Periódico Trabajo 1931 – 1948.
• Colección Periódico Adelante 1952 – 1962.
• Colección Periódico Libertad 1962 – 1990.
• Colección Periódico Libertad Revolucionaria 1984 – 1990.
• Colección Periódico Diario de Costa Rica 1931 – 1960.
• Programa del Partido Vanguardia Popular 1952.
• Una gira por la zona bananera, Alianza de Mujeres Costarricenses, 1954.
• Informe del Comité Central al IX Congreso del Partido Vanguardia Popular, 1962.
• Por esto luchamos: Bloque de Obreros, Campesinos e Intelectuales, Imprenta Elena, 1969.
• Programa del Partido Vanguardia Popular, 1971.
• Plataforma Electoral del Partido Acción Socialista, 1973, Imprenta Elena, San José, Costa Rica.

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